México, DF. 29 de septiembre de 2007--. ¿Quién dice que los mexicanos no leemos? La Caja Resonante ha tenido más de 10 mil lectores a partir del 5 de mayo de este año, lo cual indica el interés que sí existe por la lectura, y no sólo en México. El problema está en cómo el sistema de mercado ha convertido el libro en una mercancía más, objetos sin personalidad, sin alma y --válgame Dios-- sin importancia real para los lectores potenciales, aquellos que sólo comprarían un libro porque las modas de consumo los manipulan en ese sentido. (Piénsese en The DaVinci Code, et al).
También entiendo que el éxito de esta página se debe a que la gente está trascendiendo las fronteras tradicionales del libro como símbolo y vehículo principal de transmisión de conocimiento. La blogósfera está llena de posibilidades de lectura, de calidades muy diversas. Esto debe celebrarse, pero depende de nosotros hacer que la voz corra para que todos podamos hallar lo que realmente vale la pena, lo que nos lleve más allá del mero entretenimiento y que estimule el pensamiento, el análisis, la crítica y --en términos generales-- el crecimiento personal. Y también (¡como que no!) vale el entretenimiento... Pero que las megacorporaciones no quieran darnos gato por liebre: la literatura, y el arte en general, no es circo ni enchílame otra.
Los libros se transforman, el internet se transforma y nosotros también. Pero lo que no cambia --o no debe cambiar-- es el rigor con el cual pensamos. Que nuestras herramientas realmente sean útiles y no meros mecanismos de control o apaciguamiento, los "chupones" que La Autoridad mete en las bocas de ciudadanos potencialmente "disruptivos" (esta palabra sí está en el DRAE, para mi sorpresa, pero con aplicación científica). Éste ha sido el papel de la televisión en la mayor parte del mundo.
Nosotros, quienes navegamos diariamente por el ciberespacio, debemos defenderlo de los embates de las megacorporaciones trasnacionales que planean constantemente cómo apoderarse de este espacio público sin afán de lucro sino de compartir el conocimiento y reflexionar sobre la realidad, la irrealidad, el deseo y aquello que no deseamos.
¡Enhorabuena! Y que siga la mata dando...
También entiendo que el éxito de esta página se debe a que la gente está trascendiendo las fronteras tradicionales del libro como símbolo y vehículo principal de transmisión de conocimiento. La blogósfera está llena de posibilidades de lectura, de calidades muy diversas. Esto debe celebrarse, pero depende de nosotros hacer que la voz corra para que todos podamos hallar lo que realmente vale la pena, lo que nos lleve más allá del mero entretenimiento y que estimule el pensamiento, el análisis, la crítica y --en términos generales-- el crecimiento personal. Y también (¡como que no!) vale el entretenimiento... Pero que las megacorporaciones no quieran darnos gato por liebre: la literatura, y el arte en general, no es circo ni enchílame otra.
Los libros se transforman, el internet se transforma y nosotros también. Pero lo que no cambia --o no debe cambiar-- es el rigor con el cual pensamos. Que nuestras herramientas realmente sean útiles y no meros mecanismos de control o apaciguamiento, los "chupones" que La Autoridad mete en las bocas de ciudadanos potencialmente "disruptivos" (esta palabra sí está en el DRAE, para mi sorpresa, pero con aplicación científica). Éste ha sido el papel de la televisión en la mayor parte del mundo.
Nosotros, quienes navegamos diariamente por el ciberespacio, debemos defenderlo de los embates de las megacorporaciones trasnacionales que planean constantemente cómo apoderarse de este espacio público sin afán de lucro sino de compartir el conocimiento y reflexionar sobre la realidad, la irrealidad, el deseo y aquello que no deseamos.
¡Enhorabuena! Y que siga la mata dando...
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